Este santo nació en la ciudad de Bata, en Asia Menor, en una familia rica en dinero y piedad. Fue criado en el temor de Dios, por lo que estuvo lleno de la gracia divina desde su niñez, lo que lo hizo mejorar sus elecciones, sacando del Espíritu Santo sus santos talentos, y buscaba en su vida solo personas con buena moral y una buena reputación.

Perdió a sus padres siendo aún joven, por lo que optó por dejarlo todo, repartiendo su dinero entre los más necesitados. Dio con gran generosidad y completo secreto, aplicando lo que se menciona en el Evangelio de Mateo 6, 3:

“No sabrá tu mano izquierda lo que ha hecho tu derecha".

Luego el santo se unió a los monjes de un monasterio construido por su tío, el obispo de Mira, quien lo ordenó sacerdote.

Por las virtudes de Su Alteza, fue nombrado abad de este monasterio y administrador del episcopado de Myra.

Y con inspiración divina, a pesar de su desgano, asumió sus funciones y les confió un celo apostólico por la Iglesia y lealtad.

Visitó Tierra Santa y viajó por mar. Y mientras estaba en el barco, las olas rugieron, casi lo ahoga, el santo, oró, y la tormenta se calmó de inmediato.

El nuevo obispo de Myra (o de Mira) fue sometido a persecución, tortura y encarcelamiento, pero lo soportó con la paciencia de los santos, hasta que Constantino el Grande tomó el poder y derrotó a los perseguidores de los cristianos. Nicolás fue liberado de la prisión y regresó a su honorable trono.

San Nicolás fue llamado “el trabajador de las maravillas” porque fue generoso con sus hijos con bendiciones espirituales, Dios realizó milagros a través de él tanto en su vida como en su muerte, por lo que la fragancia de su santidad se extendió incluso después de su partida a la casa del Padre en el año 342.

Hoy, en el memorial de San Nicolás, oramos a Dios por los justos que, como él, trabajan en secreto para satisfacer las necesidades de los necesitados, y le pedimos a Dios que aumente los vencedores para revivir la vida en santidad y derramar bendiciones divinas sin fin sobre su Iglesia.

Fuente: www.maronitas.org